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superar el estrés postvacacional

Se han acabado las vacaciones. De vuelta a tu rutina, te falta motivación, te sientes apática, deprimida, tal vez con ansiedad o palpitaciones. Después de reincorporarte a tu trabajo, te cuesta concentrarte o rindes poco.


Las responsabilidades que solemos asumir para atender nuestras complejas vidas, a diferencia del ritmo y actividades que tenemos en vacaciones, puede generar estrés o depresión postvacacional. ¿A qué se debe?


En vacaciones, las personas suelen soltar el control. Muchas veces se dejan las dietas, la disciplina del gimnasio, no hay despertador ni obligaciones. Así mismo la presión habitual disminuye dándonos más tiempo y espacio para vivir. Las prisas desaparecen o están solo para acudir a una actividad placentera o de ocio. Eso hace que la parte del sistema nervioso, parasimpática, la que influye en la relajación, se moviliza más fácilmente. Por eso la vacaciones nos permiten tanto recargar las pilas, dormir, descansar, ir más lentas y nos sentimos mejor.


Volviendo a tus labores cotidianas, tienes que ajustarte de nuevo a las exigencias de tu entorno o situación personal. Tienes menos tiempo, espacio y posibilidades de elegir lo que te apetece hacer. Pasas a un contexto rígido, bien diferente del de las vacaciones. Esto presenta como una fuerza coercitiva a tu sistema nervioso, activando la parte del simpático (hablando en términos muy generales). Tú metabolismo físico se ve afectado. Se tiene que levantar según lo dicta el despertador. Así como tu cuerpo emocional y mental ya no pueden ir por libre. Tienen que cumplir con normas u otros compromisos específicos. Esto crea una tensión; es el estrés.


De allí la frustración que genera un bajón de ánimo. Se llama síndrome posvacacional. 30%* de los adultos lo padecen. (*La Vanguardia Lunes 29 Agosto)


No se considera un trastorno, y suele pasar en pocas semanas, el tiempo que tu sistema necesita para adaptarse de nuevo a ese ritmo de vida. Con paciencia y aceptación, habiendo entendido que es una reacción común, puedes simplemente esperar que pase esta fase. Puede ser también una oportunidad para que reflexiones sobre como tienes montada tu vida.


Empieza tomando en cuenta tu bienestar básico. ¿Tu alimentación está adaptada y nutritiva? ¿Duermes lo suficiente? Haces algo de ejercicio? Se ha demostrado que dormir, comer bien y algo de actividad física tiene un impacto positivo en la salud en general.


Después identifica que parte de tu vida te genera más estrés postvacacional. Si no sabes hacer esta conexión, aprende como, haciendo una sesión.


Igualmente te doy unos ejemplos: ¿Añoras la espontaneidad que tenias en vacaciones? Como sería hacer algo nuevo una vez por semana después del trabajo, o con los niños durante el fin de?


Como hemos visto tener tiempo permite desacelerar todo tu metabolismo. ¿Qué modificación podrías aportar a tu agenda para ir con más calma?


Además de tus obligaciones, tienes un tiempo definido para el ocio y la diversión? Si no, es el momento idóneo para concretizarlo ahora.


Conocerte y practicar lo que te hace bien, es lo que te permite sentirte bien y ver tu vida ir a mejor. Pide una sesión para acelerar este proceso.




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